martes, 16 de septiembre de 2014

A 38 años los lápices siguen escribiendo: Igualdad, diversidad y educación pública, laica y gratuita.


Comunicado. El 16 de septiembre de 1976 diez estudiantes de la Escuela Normal 3 de La Plata fueron secuestrados de sus domicilios por un grupo de tareas del Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Habían luchado por el Boleto estudiantil secundario entre otras reivindicaciones. A 38 años su recuerdo y lucha siguen vigentes y suma a los reclamos la vigencia de la educación pública, laica y gratuita, la implementación de la Educación Sexual Integral y políticas contra el acoso y hostigamiento escolar.

Hoy en todo el país se conmemora el "Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios" en conmemoración y recuerdo a un nuevo aniversario de la Noche de los lápices, la jornada trágica en la cual diez estudiantes secundarios fueron secuestrados por agentes de la última dictadura militar. A 38 años de esa fatídica noche, el movimiento estudiantil mantiene en alto sus banderas históricas por la educación pública, laica y gratuita. 

Hoy, al histórico reclamo por el Boleto Estudiantil, las y los estudiantes suman nuevas demandas entre las cuales urge la implementación efeciva de la ley de Educación Sexual Integral, políticas activas para prevenir y erradicar la discriminación, el acoso y hostigamiento escolar, y programas de becas para la inserción educativa de diversos sectores excluidos de las escuelas, entre ellos gran parte del colectivo trans.

Mientras los lápices sigan escribiendo, la diversidad seguirá transformando la realidad hacia una sociedad pluralista y respetuosa de las diferencias. Es por ello que exhigimos el respeto a la identidad y expresión de género autopercibida de los/as estudiantes travestis, transexuales y transgéneros, la inclusión de políticas activas para el retorno y permanencia de todas y todos los estudiantes en los ciclos educativos formales y el enérgico rechazo a la obligatoriedad de la educación religiosa en las escuelas públicas como sucede en la provincia de Salta.

Asimismo, es imperioso que los contenidos educativos incluyan el concepto de diversidad sexual, respeto a todas las formas de pareja y familia y el rechazo a la homofobia, la lesbofobia y la transfobia. Y la urgente sanción de una Ley Nacional de Juventudes, que el Congreso aún nos debe.

Por último, señalamos que quienes intentan deslegitimar las voces estudiantiles bregan por un modelo educativo de exclusión. Si nos preguntamos por  el lugar de los/as jóvenes en la sociedad contemporánea, es preciso comprender que no sólo somos objeto de políticas públicas sino que somos sujetos políticos e interlocutores legítimos. O en otras palabras, en tanto protagonistas del sistema educativo queremos opinar, debatir y formar parte democráticamente de las decisiones.

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